B·Debate / Biología Sintética: construir la vida para mejorarla (y entenderla)
La biología sintética es una ingeniería genética 2.0, porque no se limita a sumar componentes, sino que usa herramientas de la física, de la ingeniería o de las matemáticas para tener en cuenta las interacciones entre ellos. Todo ello para mejorar la vida, y para entenderla.

Escritor y periodista científico. MD, PhD
El futuro no puede predecirse, pero los futuros pueden inventarse
Dennis Gabor. Físico húngaro
Lo que no puedo crear, no lo puedo entender.
Richard Feynman. Físico estadounidense
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La biología sintética es, “sencillamente”, la ciencia que trata de diseñar (o rediseñar) organismos vivos. Pero la vida está lejos de ser simple, de ahí que para tratar de emularla sea necesario cruzar a biólogos con ingenieros, con físicos, con matemáticos, en permanente cruce. Todo ello buscando entenderla al construirla, pero también tratando de adaptarla, de conseguir hacer aquello que la naturaleza por sí sola todavía no hace.
Para intentar entenderla los científicos usan dos caminos inversos: o bien tratan de construirla desde cero, o bien toman un modelo y van despojándolo de piezas, estudiando en el camino qué es lo que aporta cada componente.
Para “mejorarla” (para adaptarla a nuestros intereses), se utiliza todo un arsenal creciente de técnicas que permite modificar genomas. Técnicas que permiten, entre otras cosas, que bacterias modificadas fabriquen fármacos contra la malaria, que sean capaces de degradar determinados plásticos o que linfocitos de nuestro sistema de defensa sean rearmados para detectar y luchar contra determinados tumores.
Para discutir los últimos avances y los retos planteados, algunos de los mejores expertos internacionales comentaron los últimos trabajos sobre este ámbito en B·Debate, una iniciativa de Biocat y de la Obra Social “la Caixa” para promover el debate científico.
Qué es la biología sintética
“La biología sintética lo que quiere es diseñar y rediseñar con precisión organismos vivos”, afirma Jordi García-Ojalvo, director del laboratorio de Sistemas Biológicos Dinámicos en la Universidad Pompeu Fabra y líder científico del B·Debate. “Es una ingeniería genética 2.0, porque no se limita a sumar componentes, sino que usa herramientas de la física, de la ingeniería o de las matemáticas para tener en cuenta las interacciones entre ellos. De esta manera busca reprogramar organismos para hacer cosas que no hacen en la naturaleza y que pueden ser beneficiosas para nosotros”.
Para Ricard Solé, jefe del laboratorio de Sistemas Complejos en la Universidad Pompeu Fabra, “la biología sintética está en la adolescencia, pero en un momento de aceleración. Tenemos ya la posibilidad de hacer ingeniería sobre la vida”.
Adolescencia proviene de adolecer, y es un periodo de tensiones. Algo similar le sucede aún a la biología sintética mientras termina de madurar. Una de las tensiones proviene de los modos de pensar de quienes trabajan en ella, fundamentalmente ingenieros y biólogos. En palabras de Wendell Lim, profesor en el Departamento de Farmacología Celular y Molecular de la Universidad de California, “para los biólogos, las modificaciones genéticas son una manera de entender la naturaleza, no un fin en sí mismo, y se preguntan por qué los ingenieros no aprecian los complejos y preciosos diseños que la naturaleza ofrece. Los ingenieros también están perplejos: ¿por qué los biólogos no valoran cuando reemplazamos un sistema tan complejo con una alternativa mucho más simple y predecible?”
Los ingenieros buscan en general “estándars”, piezas que cumplan una función y que introduciéndolas en cualquier organismo cumplan su cometido (como las herramientas de Ikea si la vida fueran solo los muebles de Ikea). Los biólogos tienden a sospechar de la idea, porque la vida es demasiado compleja como para simplificarla en exceso, y porque el fondo genético de cada organismo influirá siempre en el comportamiento de las piezas (…)
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Puedes leer el resumen completo preparado por Jesús Méndez pinchando directamente en la imagen de la portada o aquí, en catalán.
Magnifico artículo, un placer leer el blog